El sector de la abogacía, ante una imperante necesidad de evolucionar, ha sido uno de los que más tarde se ha incorporado a las redes sociales. Y es que existe la idea, equivocada, de que la actividad en este medio ofrece poco retorno en los beneficios económicos del despacho.

Nada más lejos de la realidad. Un presencia en medios sociales bien gestionada ayuda a generar reputación corporativa, lo que redunda en la captación de clientes, permite posicionarse como expertos en algunas disciplinas y hacer networking.

Para que esto ocurra, es necesario que la actividad a desarrollar en redes sociales se integre dentro de un plan estratégico bien trazado y ejecutado. La firma debe realizar un trabajo previo, articular sus valores diferenciadores, sus objetivos e identificar correctamente a su target para finalmente diseñar el que será su mensaje de ventas.

Cobra especial importancia el marketing de contenidos como forma de atraer a los clientes potenciales, fidelizar a los actuales y atraer talento. Publicando constantemente entradas en el blog corporativo, la firma transmite su conocimiento experto, pensado para ayudar a su futuro cliente en esas fases en la que aún no ha contactado con él. Posteriormente, serán las redes sociales las que jugarán un papel muy relevante para difundir este contenido y generar visitas a la web y visibilidad para la firma.

Ojo que no es un proceso que muestre resultados de un día para otro, no se trata simplemente de generar visitas a la web, sin de convertirse en una marca potente y que finalmente esto revierta en los resultados del despacho.

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